25.6.12


Las personas que de chica me parecían geniales, destiñeron. Parada desde donde estoy ahora, se ven distintos; aborrecibles. Y entiendo que ahora tengo una mirada más subjetiva. Y me pone mal no poder estimarlos como antes. Pero sus ideales no me lo permiten. Porque pueden pensar lo que quieran, pero no puedo perdonar que quieran implantar sus doctrinas retorcidas en mentes jóvenes. Tienen la mente podridamente cerrada.
En cambio, las personas que más cuadradas parecían, son las más abiertas hacia las ideas de los demás.
No me arrepiento de nada; pero me hubiera gustado haber sabido esto mucho antes.