Perderse en el tiempo es un regalo, es una ilusión real e inspirante, algo al ras de lo místico que simplemente hace que seas feliz.

No sé si te querré lo suficiente. (Igual después cambio de opinión).

Me falta motivación y me sobra tiempo.

Siempre tuve la libertad de hacer lo que me apeteciera en el momento en el que me pareciera. El hecho de tener que pensar las cosas dos veces es un cambio algo forzado, pero sin duda, para bien.

No te voy a buscar más.

Sé que aunque me desvíe siempre voy a encontrar mi lugar en tu regazo.

Dentro de estas cuatro paredes oscuras, entre los abrigos, estantes y tu piel, está permitido imaginar y dejarse llevar por esa sensación irreal, entre transpiraciones y la rapidez de nuestros alientos. Podemos estar en algún palacio o en una ruina, podemos ser elfos o magos.  Cualquier cosa vale dentro de ese cubo negro.

Que este viaje en colectivo dure para siempre.

Tal vez sobran todas las palabras.

Sentí mi teléfono vibrar en el bolsillo. Una, dos veces. Sos vos, seguro. Se me estrujan las entrañas mientras mis neuronas se precipitan a imaginar tu posible respuesta al tiempo que estiro mi mano para tomar el aparato.

Quién habría dicho que encontraría la cura de la vacuidad en los desechos de otra persona.

Me gustaría plasmar en palabras este sentimiento, como siempre se me es dicho –u obligado- hacer. La cuestión es que te quiero y mucho pero, maldito ‘pero’, no se siente como debería. No se me retuercen las entrañas con la inquietud de verte, no se precipita líquido nervioso por la boca de mi estómago al vislumbrarte y la piel no me quema al tocarte.

Creo que lo que más miedo da es que no te importe.

Donde hubo juegos, juguetes quedan.

Si no existiera la distancia, todo estaría acá. Acá acá. No habría espacio. No habría masas corporales, porque entre ellas debería haber espacio, y ellas mismas ocuparían espacio y el espacio, por más diminuto que sea, es distancia. Si no existiera la distancia, no existiría nada.

El sonido del éxito no debería escucharse como la derrota de los demás.

Esta abstinencia de vos está logrando enloquecerme.

Fix me.

Al final, la sociedad se reduce a eso, unos tratando de dar menos y otros, de obtener más.

Vayamos a dormir. Tenemos permitido dejar de ser humanos por por lo menos unas horas.

Ojalá lo que te hace bien no pudiera hacerte mal.

Sos mi droga sin receta.

There is no happily ever after.

El simple hecho de estar contenida dentro de las mismas cuatro paredes que vos me hace feliz.

Siempre respondés en el momento oportuno.

Me faltan los puntos y comas digitales pero me sobran en papel.

Y miré una hora que no coincidía con lo que nos pasaba.

Tengo secos los labios, la garganta y el corazón.

Puedo imaginar que dormís conmigo esta noche.